Unos conocieron el bar en directo, in situ. Otros a través de la lectura del libro "Noches de BV80" de Valtueña. A muchos les suena por el tema "Negativo" de Bunbury (las noches del BV80 escapando a tocar...). También hay algunos que piensan que todavía existe. Sea como fuere, el bar BV80 vive. Es nuestro deseo que así sea. Por eso convocamos este concurso. ¡Échale imaginación y participa!

lunes, 29 de abril de 2013

11. La Respuesta del Caminante


Una noche en el BV80 con Chavela Vargas
Autor: Mauricio Antonio Sevilla Britto [Colombia]
Subtítulo: La Respuesta del Caminante

Las frías gotas de lluvia, que caían pausada y constantemente, sobre la humeante espalda de un caminante cualquiera, hijo de la fiesta y del derroche del Bar BV80, hacían mella sobre sus pensamientos cansados de temprana resaca, al tiempo en que este, miraba por la desolada avenida de regreso a casa, que aún no despertaba con sus afanes de siempre.

Otra noche más que aterriza sobre la apacible madrugada de cada vez, sin aparentes novedades para nadie, mientras nuestro caminante lidiaba con el zumbido de la parranda que se acababa de terminar aún latente en sus oídos y de entre todo recordaba una canción que le había llegado hasta el tuétano mientras Chavela Vargas la interpretaba a todo pulmón, que decía:

“Piensa en mí cuando sufras, cuando llores, también piensa en mí, cuando quieras quitarme la vida. No la quiero para nada, para nada sirve sin ti. Piensa en mí.”

El caminante del BV80, sentía un agobiante nudo en su garganta, cuando pensaba en la inmensa tristeza de aquella historia cantada. Recordaba el melancólico rostro de Chavela mientras desdibujaba su alarido en la canción, cuando, él mismo, nunca había podido sentir en su carne, nada similar. Todo eso lo hacía pensar si acaso era un hombre desafortunado. El problema de su cuestionamiento, era que por lo menos, tanta inquietud al respecto, hacia alarde de un deleznable vacío en su alma y por ello se juzgaba cobarde, por cuidarse tanto del sufrimiento, por nunca haberse entregado sin reservas a nada.

Por todo eso el Caminante del BV80, había decidido preguntarle directamente a Chavela Vargas, si la voz de su canto, que le frisó las entrañas, era real o había sido una urgencia de su alma atacada por la insondable levedad de su ser.

A la mañana siguiente el caminante del BV80, ya era el fan número uno de aquella mujer enigmática, que hacía de su vida lo que le venía en gana y de entre muchos de los comentarios que ella había elevado a su público, aquel hombre encontró uno mucho más impactante, que el modo brutalmente honesto que tenía Chavela de cantar. Aquella frase célebre decía lo siguiente:

Ama sin medida, sin límite, sin complejo, sin permiso, sin coraje, sin consejo, sin duda, sin precio, sin cura, sin nada. No tengas miedo de amar, verterás lágrimas con amor o sin él.

Para el caminante sin nombre, del BV80, todo en Chavela, le parecía, tenazmente, tan cierto y sencillo, como imposible, mientras, él, contrariamente en su interior, sentía la opresión del inmenso vacío de su alma, asfixiándole. Por eso un día sin permiso ni planeación alguna, cuando tuvo la oportunidad de hacerlo, con el corazón en la mano, se le acercó a la gran Chavela Vargas, con la intención de matarla, queriendo gritarla, estrujarla, acabarla de un solo tirón, pero cuando estuvo frente a Chavela y para su propia extrañes y la de todos, el anónimo caminante del BV80, le propinó a la cantante un besó, como regurgitándolo desde sus entrañas.

Chavela entre la confusión sintió por fin, una sensación de desconcierto, como la que todo el tiempo había sentido el caminante, quien después de una golpiza de la gente de seguridad de Chavela y de unas horas recluso, pudo por fin reír, cantando y llorar sintiendo en el mismo lenguaje, tan claro y cierto de su cantante favorita, después de aquella noche en el BV80, que jamás olvidaría.

Chavela Vargas años después volvería cantando al mismo lugar, para el mismo caminante oculto sin más en la inmensidad de la muchedumbre, tal vez imaginando, tal vez ignorando que con su música ensalzó la sencillez del tedio, azarando la nada, con la fortaleza de un soez mensaje de vida, que la acompañó hasta el último día y no se fue ni se irá, con su muerte.


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