Unos conocieron el bar en directo, in situ. Otros a través de la lectura del libro "Noches de BV80" de Valtueña. A muchos les suena por el tema "Negativo" de Bunbury (las noches del BV80 escapando a tocar...). También hay algunos que piensan que todavía existe. Sea como fuere, el bar BV80 vive. Es nuestro deseo que así sea. Por eso convocamos este concurso. ¡Échale imaginación y participa!

jueves, 28 de febrero de 2013

1. Por qué? Para qué? Para quién?...


Una noche en el BV80 con Chavela Vargas
Autor: Cristina Beltrán Mayoral [España]
Subtítulo: Por qué? Para qué? Para quién?...

Hablar, escribir, pensar… qué pasó en aquel tiempo, se me encoje y acelera el corazón, las lágrimas saltan inevitable y lentamente, horas sin dormir, recuerdos, recuerdos, recuerdos, energía, potencia, y rapidez, todo iba muy rápido, rápido, rápido.

Cierro los ojos y visualizo escenas, tantas escenas que podría a cámara lenta vivirlas y revivirlas toda una vida, algunas vuelvo a saborearlas, las saco del archivo de la memoria, las rescato para no caer, pero lo confieso. ¿Por qué no? Me gustan.

Significan tanto, o nada? absurdas? Son la base de lo que soy? aprendí algo? No estoy tan segura, dudas, dudas, dudas de mi misma, de lo que hice, de lo que hicimos, estaba bien? Fuimos malas? Fue el tiempo? La juventud?

Noche y día, juerga, sexo, drogas, la música era, Janis Joplin, Pink Floid, Frank Zappa, Jimy Jendrix y muchos más, Beatles eran mariconadas……, los demás artistas de moda quedaban lejanos, suaves, lo que se escuchaba en otros lugares no nos interesaba, no era fuerte, era para horteras.

Lumpen, Bohemios… y otros bares, y mierda, mucha mierda… sexo, drogas y música, envueltos en un alambre a 3000 metros de altura, con mucha tensión, caías de él y te hundías en la miseria, el bajón era insoportable, el tembleque frío, recorría tu cuerpo, no te dejaba pensar más allá de conseguir otra dosis más.

Recuerdo una de esas noches, barrio la magdalena, el gallo, BV80 de moda en ese momento, trapicheábamos en los alrededores, heroína bastante cortada, costo mezclado, tripis y minilip, con suerte sacábamos en una noche para vivir todos tres días a tope, cuando se terminaba, a volver a empezar, y si era necesario a pedir pelas en la calle, nos resolvía alguna comida en restaurante barato. La basca era la basca y la basca era lo más importante, la pertenencia nos identificaba, nos diferenciaba del resto del personal, en casa ni lo sospechaban, la doble vida era normal, los colegas ni se mentaban, vecinos y colegio quedaban muy lejos, nosotras nos distanciábamos del mundo levitando sensaciones increíbles y nuevas.

Nuevos políticos, con pico de oro, según las circunstancias de permisividad que imperaban el momento, para ligar más, hacían gala de su promiscuidad, noctámbulos, ligaban con jóvenes embelesadas con sus palabras, sin entenderlas, eran buenos clientes, siempre en grupo, rodeados de pintores, teatreros, escritores y poetas, formaban un limbo de élite provinciana al que enredar en las cloacas de los bajos fondos. Acompañaban la noche jóvenes pijos, hijos de burgueses que se dejaban la pasta y la salud por momentos para ser mejores y subir más alto en el globo , de éstos buena parte no salió del hoyo y poco después, como nosotras, cayeron como moscas.

En este garito se escuchaba buena música en directo, esa noche, lo recuerdo como si fuera ahora, actuó Joaquín Sabina, joven aún, pero ya experto, con Javier Krahe. Iban acompañados de amigos y nenas bien, entre estos, había una más entrada en años, diferente, natural, original y exclusiva, mientras los demás tomaban una ronda, ella tres, serena, tranquila, con una fuerza de voz desbordante, adulada por otra mujer. Era Chavela Vargas, al final de la actuación se marcaron unas rancheras, desgarradoras, crudas, valientes, amigas de la noche y de la vida.

Flipando entre el humo de rubio mezclado, escuché las canciones de mi vida, de mi alma, sincera y profundamente, quedé trastocada, una íntima e invisible luz me atravesó, herida y alucinada, seguí la corriente de quienes me habían llevado hasta allí, autómata, caminé hasta pillar un taxi, vomitando bilis oscuras, hasta el cuartucho, donde reventada la cerradura de la casa, en el arrabal, vivíamos esos días.

Algunas decidieron trabajar en barras americanas, garitos de mala muerte o sablear al personal, había que sufragar gastos, se estaba acabando lo bueno y por la mañana el mono era tremendo, otras fueron a pueblos abandonados a intentar desintoxicarse, yo decidí que las mariposas sólo vienen en primavera y verano y el invierno es crudo en Aragón. Los engendros de la noche, las tinieblas…. música, manifestaciones, clandestinidad, poner la carpeta en buen lugar del pasado, para poder contarla y rememorarla, para no olvidar, para seguir adelante, para aprender, para morderme la lengua cuando veo a los supervivientes.

Travestis y putas, ya no están en las calles, están en los despachos, artistas y culturetas, ya no están en los bares, están haciendo botellón y fumando en sus casas.

La tempestad dio paso a la calma, estoy llena de melancolía, presente, esperanza… el futuro me puede, mi hijo, mi familia, mis amigos, mañana tendré la suerte de ir a trabajar, ¿Suerte? ¿Suerte? Ahora, en que los mal nacidos nos dirigen a no se sabe qué? no es mejor, no sé si peor, seguro diferente, mañana seguiré, viviré, reiré, volveré a hundirme un rato y seré feliz un segundo.


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