Unos conocieron el bar en directo, in situ. Otros a través de la lectura del libro "Noches de BV80" de Valtueña. A muchos les suena por el tema "Negativo" de Bunbury (las noches del BV80 escapando a tocar...). También hay algunos que piensan que todavía existe. Sea como fuere, el bar BV80 vive. Es nuestro deseo que así sea. Por eso convocamos este concurso. ¡Échale imaginación y participa!

miércoles, 26 de diciembre de 2012

4. La confusión


Una noche en el BV80 con Fernando Arrabal
Autor: Oscar Gallardo
Subtítulo: La confusión

Todo comenzó como comienza todo en la vida, por culpa de una confusión. Escuche en la radio que el estaría allí, que iba a hacer una lectura. Ese bufón, poeta, filósofo y politicucho. Me monté en un tren a media tarde y me dirigí hasta aquel antro de mala muerte. La cultura es así, pobre y descarnada, solo apta para quien sabe llevar bien el frío.

Curiosamente me viene a la mente que frivolidad empieza igual que la palabra frío, pero la frivolidad es otras cosa, casi es contraria al arte, a la frivolidad le gusta la calefacción y una mesa bien puesta. El arte es más snob, porque el snob es el sádico por excelencia. Yo era snob, este tipo era un capullo, por eso a mi me gustaba ese lugar, y me preguntaba que hacia el por aquí.

Quizás todo fuera mas sencillo si explicara en que consistió la confusión, y es que esa mañana había sufrido un casual cruce de nombres y rostros. Arrabal es muy dado al frío, que otro remedio le queda a un poeta, con quien le confundí es más proclive a arrimarse a la sombra de una poltrona.

Me senté junto a la barra y pedí una cerveza. Apenas había cuatro personas y solo quedaban unos minutos para el inicio de la lectura. Pensaba como lo haría. No tenia ni idea. Buscaba su cara apareciendo por la puerta pero eso no sucedió. Me centre en mi cerveza y me despiste en mi mundo interior.
Un buque sorteaba un iceberg camino de ninguna parte, una bandera caribeña ondulada por el viento como una patata frita y una chica enseñando los pechos a un policía antidisturbios. El mundo esta loco. La gente mucho mas.

Al volver la mirada hacia el centro del bar lo vi, mas bien supuse que era el, llevaba un gran abrigo hasta los pies y un gorro de hampón. Estaba de espaldas conversando con dos chavales. Me imaginaba las gilipoyeces que les diría.

El se disculpo y se metió en el baño. Fui tras el. Una luz tenebrosa como un desagüe se ilumino en mi mente. Disimule. La poca gente que había en el bar ni siquiera se dio cuenta de lo que pretendía, ¿de que modo podían hacerlo? Cuando la puerta del baño se abrió apague la luz y le empuje para adentro de nuevo.

Le puse la navaja en el cuello y le baje los pantalones y los calzoncillos. Me agarre la poya y se la metí por el culo. Su boca emitió una vocal hueca. La luz se encendió. Alguien fuera había apretado el interruptor y después empujo la puerta, no se abrió porque yo había puesto el seguro antes.
Superado el sobresalto inicial vi la cara de la sanguijuela que tenia entre las piernas. Me era inusualmente desconocida. Como si no debería de haber estado pegada a ese cuerpo. ”

La cuestión es que ese no era quien yo buscaba. Era un pobre loco que un día se emborracho en la tele y que no se dejo joder por Jorodowsky para poder ser dos snobs completos.”

Les saque la poya y me subí los pantalones. Así que tu eres Fernando Arrabal?, me dije, y de repente el apellido Savater me vino a la memoria.

Pensé en ese pobre hombre sodomizado, después para quitarle hierro a la situación pensé que puede que no lo hubiera pasado tan mal, quizás llevaba toda la vida esperando algo así.

Salí del baño y me aleje en dirección a la puerta esperando que saliera gritando en cualquier momento. Pero eso no sucedió. Camine dando patadas a las hojas del suelo hasta la estación de tren. Me dije, siempre la acción de un sociopata acaba causando victimas inocentes. Yo no era ni uno ni otro, solo un canaya, un egoísta. Un vengador empeñado en la justicia.


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