Unos conocieron el bar en directo, in situ. Otros a través de la lectura del libro "Noches de BV80" de Valtueña. A muchos les suena por el tema "Negativo" de Bunbury (las noches del BV80 escapando a tocar...). También hay algunos que piensan que todavía existe. Sea como fuere, el bar BV80 vive. Es nuestro deseo que así sea. Por eso convocamos este concurso. ¡Échale imaginación y participa!

miércoles, 27 de junio de 2012

2. Nadie hablará de mí


Una noche en el BV80 con Victoria Abril
Autor: N. Brunette
Subtítulo: Nadie hablará de mí

Estoy confusa. Creo que los nervios están llegando ahora mismo. Desde las tripas al borde de la piel. ¡Mierda de día! ¡Mierda de noche! A ver... Estoy en Zaragoza, eso seguro. Llegué por la mañana con toda la troupe. Voy a sentarme en este portal. ¡Joder con los zapatos! Muy cucos, pero ya no los soporto, de momento. Mi abanico, tiene que estar por aquí... El bolsón dichoso... ¿por qué nunca encuentro nada? Ah, mira, espejito espejito... Bueno, ¡monísima de la muerte!, en cuanto me retoque de rojo los labios. Ya está.

¡Mmmmm! ¡Qué gusto esto de abanicarse la entrepierna! Muchachita de las bragas de oro... ¡Ja ja ja ja ja!

Ya voy relajándome. ¡Por Dios, qué calor hace todavía en esta ciudad! Pero si el sol se fue hace rato... Y yo ¿de dónde me he escapado? Bien... Hemos comido todos en La Matilde. Me acuerdo del nombre por mi vecina. ¡El vino que tiene Matilde no es bueno ni malo pero nos hace fe-li-ces...! ¡Ja, ja! Ahí me he entonao, sí, mano a mano con la Charo López, que es de armas tomar. No como la Ana Belén, lén, lén, lén. Habla y sonríe, ríe, ríe y ríe. ¡Bah! Los demás son majos, pero todos una cuadrilla de puretas. ¡Somos los de La Colmena! ¡Somos La Colmena! Y yo lo que necesito es ¡juventud! ¡marcha!

Después la presentación en el Gran Teatro Fleta... ¡Hola, qué tal...! Hasta he firmado autógrafos... Luego, a ver..., bla bla bla, glu glu glu, el Ángel Azul. Y el Plata ¡mon dieu, el Plata! No había visto nada igual en la vida, acojonante. ¡Ja! Pero lo acojonante de verdad ha sido cuando le he quitado el micro a la gordi y me he puesto a cantar ¡El bombón, el bombón, el bombón de la bombonera...!

Ya, sí, ¿y qué más? Mi memoria etílica ya no da de sí. Tenía calor, ganas de respirar, quizá, o me dejé llevar por el brazo de un señor agradable que me iba a invitar a un helado, o un whisky, o no sé qué. ¡Hostias, sí! En un callejón ha intentado meterme mano y le he soltao un sopapo. ¡Ja ja ja! Se ha asustao enseguida, qué flojo...

Hablando de whisky. Necesito uno ya mismo. Sola y perdidita en una callecita de Zaragozaaaaaaa. ¡Arriiiba! ¡tacones en pie! ¡puños fuera! ¡rayos láser! Una callecita que se llama... ¡Doctor Palomaaar! ¡Palomica, palomicaaaaa, a-a-a-a-a-a-a-a!

La suerte me lleva ¡aquí!

Vaya, vaya, vaya. No está mal el garito. ¡Si hay concierto y todo!

—Hola guapo. ¿Sabes que los barbudos con gafas como tú me ponen a mil? Y todavía más si me saben servir un bourbon de los buenos, doble, con hielo, en vaso ancho, reluciente. ¡Muá!

—¡Enseguida! ¡Discúlpame si grito, el volumen del concierto..., es un grupo americano de rock!

­—¿Y cómo se llama esto?

—Magnum. Son de la base americana.

—¡No, cielo! Digo este antro. ¿Cómo se llama el garito? No he visto el nombre en la puerta.

—¡Ah, BV80!

—¿Cómo? ¡Je ne comprend pas!

—Espera. No te muevas.

¡Guau! Me encanta. Me voy a beber lo que queda de noche aquí mismito, sin moverme, como me ha ordenado ¡el señorito...! Veamos. Al fondo, los negracos con sus eléctricas y la batería cañón. Por allá, jovencitos con chupas que no han follao todavía. Por acullá, alguna pareja con magreo incluido. Por aquí, unos cuantos candidatos a moscones, y alguna candidata a hacerme la competencia. Nadie me conoce, ¡ni las obras de arte de la pared! ¡ni las fotografías antiguas de la barra! ¡Qué botellero más completo, por cierto! Elegiré mi próxima bebida. Mmmm... ¡Oh lalá! ¡Curaçao Rouge, de Bardinet!

—Perdona, encanto. Ya estoy aquí, a tu altura. ¿Te llamas?

—Como tú quieras, coraçao. Te lo diré. Soy Victoria.

—¡Perfecto! Una mujer que siempre gana. Hoy esta chapa es para ti. En ella está el nombre de mi garito.

Al colocármela en el vestido me ha pinchado, el muy... Me he desmayado y he caído al suelo, banqueta incluida. Ha debido de sonar muy fuerte, porque la gente se ha vuelto hacia mí y me están rodeando. Yo ni he sentido el golpe. Oh, oh, veo que realmente tengo muy mala cara. ¡Mierda! Ahora no. Me quedan muchas películas por hacer. ¡Soy joven y nadie hablará de mí cuando haya muerto!

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